El pasado miércoles 6 de junio tuvimos de nuevo la ocasión de reunir a todos los miembros del proyecto. Recibimos la visita de Santiago, abogado criminalista, que nos habló de su trabajo, en el que está constantemente en contacto con la justicia. Sus experiencias y la certeza de la existencia del bien de las personas nos ayudaron a todos a comprender mejor las cosas. Fueron muy interesantes los diálogos que se sucedieron a partir de las numerosas preguntas que los alumnos plantearon.
Una semana después, hoy día 13 de junio, hemos tenido la ocasión de cosechar en clase lo que fue sembrado aquel día. Cada uno personalmente ha escrito una reflexión sobre lo que más le sorprendió de todo lo hablado con Santiago y sobre las cosas que ha aprendido en ese encuentro. Aquí os dejamos algunos ejemplos de lo que se ha puesto hoy en común en la clase:
«Lo que me asombró de verdad es que Santi estaba dispuesto a defender a un criminal. Creo que este trabajo es muy difícil de realizar»; «Me sorprendió que pudiera juzgarse a una persona aunque no haya hecho nada mal, y también que la gente que está en la cárcel se arrepienta de lo que ha hecho y quiera volver atrás para volver a empezar»; «Los clientes de Santi se merecen también justicia»; «Me asombró cuando dijo que los niños robaban»; «No quería decir que no haya gente que haga cosas malas, sino que todos se merecen que se les trate con justicia»; «Con Santiago he aprendido cosas que no sabía y que me parecen importantes, como que haya gente que va a la cárcel siendo inocente; encontré una conclusión: la justicia puede ser justa o injusta»; «Me asombró que, cuando va a visitar a los criminales que defendió -algunos tienen hijos- y él les pregunta si quieren que sus hijos fueran como ellos, ninguno hasta ahora le ha dicho que sí»; «Todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario»; «Si quieres la paz mundial, cumple los diez mandamientos de la ley de Dios, o intenta hacer algo cada día para que se cumpla la paz»; «Yo le llamo: el hombre de la justicia y de la paz; me asombró el gran esfuerzo que hace por las personas al defenderlas, siendo a la vez buena persona con los demás»; «Me llamó la atención que tenga que guardar todos los secretos de los demás; me asombró cuando dijo que hasta los criminales necesitan a alguien que les defienda, porque en un juicio, a parte del abogado, no hay nadie que piense que es inocente. La verdad es que siempre que he visto algún juicio he pensado que un criminal no necesita a nadie, hasta que oí esas palabras y sentí pena por los criminales, aún sabiendo que no deberían haber matado»; «Le gustaba mucho su trabajo, porque le gustaba ayudar a los demás».
